Desde que salgo en BTT nunca me había caído tanta agua encima durante tanto tiempo. Unas veces llovizna y otras un torrencial, calados hasta las orejas durante cinco horas pero con el terreno en condiciones, ya que la lluvia nos sorprendió en los primeros kilómetros.
Con este bonito paraje de la riera de Arbúcies comenzaba la ruta
Los 21 caubikers presentes en la salida de hoy, programada por los "penchus", comenzaban a pedalear en el parquing del restaurant por una bonita pista paralela a la riera de Arbúcies. Tras cruzar un puente a nuestra derecha comenzaba una ancha pista ascendente que ya no dejaríamos hasta pasados 18 km, justo en la carretera Sant Celoni- Viladrau, a 1200 m de altitud.
Por norma general hubiéramos llegado arriba muertos, pero el tranquilo ritmo del grupo y las continuas paradas hizo que esta enorme subida fuera llevadera. Motivo que aproveché para hechar fotos y disfrutar de la enorme y variada riqueza florística que nos estaba brindando la parte Este del Parque Natural.

El ascenso destacó ante todo por la persistente lluvia que nos iba cayendo, motivo que originó que nos fueran dejando los compañeros de ruta, primero el grupo de mi company Alex Nerys en la masía del Vilar y el segundo ya en la cima, el grupo del Chanque, que decidió deshacer el camino hecho. La verdad es que la jornada estaba como para volverse, pero como el grupo de los Mestres que era quien llevaba la ruta decidió continuar pues nada, a coger el toro por los cuernos y a lo que salga. Es que no lo puedo evitar!.
La lluvia continuaba igual que nosotros cogiendo la carretera y llegando a la cota máxima de la salida a casi 1300m de altura, ( habiendo ascendido 1000m. de desnivel desde Arbúcies ), punto donde empezamos a bajar... si bajar!! hasta cerca del Coll de Sant Marçal donde cogimos una pista a nuestra derecha para comenzar el descenso guapo a Arbúcies.
A los pocos kilómetros se dejaba la pista para desviarnos por un camino semi técnico a nuestra derecha pero el entusiasmo de un par de companys hizo que continuaran la bajada por pista un par de kilómetros, y yo tras ellos pero tan solo recorrí un kilómetro. Tras una llamada y una espera interminable calados hasta los huesos hasta que subieran, esta vez si por fin, comenzamos la bajada buena por una espectacular alfombra de hojas y bajadas semi rota para enlazar con el camino del camping la Vall del Vidal.
Habíamos llegado al parquing del restaurant tras 42 km., empapadísimos, congelados pero contentos por la proeza realizada, aunque no creo que la vuelva a repetir jejej. Menos mal que nos esperaba un menú que ni una boda, todos cambiados y todos sequitos, Agur!.
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